¡PERO NO TE OLVIDES DE UCRANIA!

Dos libros de excorresponsales en Moscú analizan los prolegómenos de la invasión

Francisco R. Pastoriza

         El recrudecimiento del conflicto entre Israelíes y palestinos ha rebajado el interés de la opinión pública por la guerra de Ucrania a pesar de que los enfrentamientos siguen siendo allí tan violentos como desde el principio de la invasión. No obstante siguen publicándose libros sobre esta guerra que tratan de clarificar sus causas y advertir de sus consecuencias y también para entender una situación insólita en la Europa del siglo XXI. Dos de los últimos están escritos por dos periodistas, dos mujeres que han sido corresponsales en Moscú en los años que precedieron a la invasión rusa de Ucrania y que aportan testimonios que de algún modo explican cómo se ha llegado hasta aquí.

LA LARGA MARCHA DEL IMPERIALISMO RUSO

         Pilar Bonet fue corresponsal en Moscú del diario “El País” desde los tiempos anteriores a la Perestroika, y actualmente, por su experiencia y por su dedicación al estudio de Rusia y del mundo ex y post soviético, se la considera como una autoridad en el tema. Acaba de publicar “Náufragos del imperio” (Galaxia Gutenberg), una larga crónica de los años que van desde el acceso de Vladimir Putin a la presidencia de Rusia hasta el comienzo de la guerra, con especial dedicación al conflicto del Donbás y a las invasiones de Crimea y Ucrania.  Analiza minuciosamente los últimos acontecimientos, las elecciones de 2004, la revolución naranja que impulsó la política de afirmación nacional y el fracaso de la política pro rusa que culminó con el apoyo de Putin a los movimientos independentistas del Donbás, la anexión de Crimea (sobre la que denuncia operaciones de Rusia para liquidar las huellas de Ucrania y el trasladado de una ingente cantidad de rusos para obtener resultados favorables en referéndums y elecciones) y la invasión de Ucrania, iniciativas acrecentadas tras la victoria de Zelesnki con más del 70 por ciento de apoyo popular. La guerra de Ucrania (a la que Rusia niega ese nombre) fue bendecida como cruzada por Cirilo, el patriarca de la iglesia ortodoxa rusa, que prometió la salvación eterna a los caídos en combate. Putin quiere pasar a la historia como unificador de las tierras rusas, salvador de la religión ortodoxa y “contra los fascistas y la degradación occidental”. Su modelo es la Guerra del Norte (1700-1721) que convirtió a Rusia en imperio.

         El análisis de Pilar Bonet comienza con el asedio y destrucción de la ciudad de Mariupol en febrero de 2022 por aquellos que después se presentaron como sus salvadores. A lo largo de este libro se manifiestan las dos tendencias de la población ucraniana, la que apoya la integración en Rusia (minoritaria) y la que prefiere la independencia del país y el acercamiento a la Unión Europea, origen del conflicto que estalla con virulencia en 2014 tras la anexión rusa de Crimea. El apoyo mayoritario a la postura pro europea provoca el refuerzo de las presiones de Putin con medidas económicas y culturales. Rusia inició una fuerte campaña de desprestigio de Ucrania, incluidas calificaciones de fascistas y neonazis, y rescatando el término de Novorossia (Nueva Rusia) para justificarlas (en los siglos XVIII y XIX Novorossia eran las tierras conquistadas por el imperio zarista). Exhorta a las Fuerzas Armadas de Ucrania a un golpe de estado contra su gobierno, al que califica de “pandilla de drogadictos y neonazis”.

Recogiendo testimonios de ciudadanos en todos los territorios de Ucrania (y de todas las tendencias), Pilar Bonet retrata con realismo la toma de Crimea y el apoyo de Putin a las sublevaciones de los independentistas del Donbás, un apoyo que se transforma en anexión tras celebrar referéndums fantasma durante la guerra.

LA ERA PUTIN

         Anna Bosch, corresponsal de TVE en Moscú durante los años decisivos de la transición del poder entre Boris Yeltsin y Vladimir Putin ha publicado “El año que llegó Putin” (Catarata) un libro en el que cuenta sus experiencias en Rusia, analiza la transición y ofrece un diagnóstico sobre la deriva del régimen de Putin.

         Cuando cayó el comunismo en la antigua Unión Soviética, sus ciudadanos pensaron que la libertad y la riqueza llegarían de la mano y que el futuro se iba a parecer a la imagen que tenían de las sociedades occidentales. El nuevo régimen, por el contrario, empobreció a aquella sociedad ilusionada que veía cómo sólo unos pocos oligarcas se enriquecían con la corrupción mientras los demás estaban condenados a una pobreza más precaria que la que habían sufrido con el comunismo, donde al menos tenían asegurado un mínimo sustento y una seguridad de la que ahora carecían. Se apoderó de ellos un sentimiento de frustración por haber pasado Rusia de ser una potencia respetada (y temida) a un país débil y humillado, sometido a los Estados Unidos y Occidente. Esto provocó la necesidad de encontrar un líder fuerte que devolviera al país su antiguo esplendor.

         Putin era un desconocido incluso para los rusos cuando Yeltsin decidió  nombrarlo primero jefe de Gobierno y más tarde su sucesor en la presidencia. Se pensaba que, como ocurriera con los anteriores primeros ministros  (Chernomirdin, Kirienko, Primakov, Stepashin), este antiguo jefe de la KGB no iba a durar mucho en el cargo. Pero Putin supo manipular aquel sentimiento de frustración de la sociedad rusa y convertirlo en el eje de su futura política, prometiendo devolver al país el respeto perdido y terminar con la corrupción que había enriquecido a los oligarcas, al tiempo que expresaba la voluntad de terminar la guerra de Chechenia. Pero los oligarcas no desaparecieron (sólo los que se enfrentaban a Putin) y la guerra se agravó durante su mandato. Al mismo tiempo comenzó una campaña de culto a la personalidad y a la imagen de Putin como un líder fuerte y sano, simultánea a otra de desprestigio hacia Occidente y los regímenes liberales.

         La represión comenzó a manifestarse en la censura y la prohibición de los medios críticos con el Gobierno y con el Kremlin, en el recorte de libertades y en extraños acontecimientos que hacen sospechar la larga mano del poder en los asesinatos de Litvinienko por envenenamiento, de Berezovski “ahogado” en su bañera, de Glushkov extrangulado… o de la periodista Anna Politkovskaya, asesinada en su casa de Moscú.

         Es ilustrativo de la situación de control que se ejerce sobre la sociedad el hecho de que se aprueben leyes cuyo cumplimiento es poco menos que imposible, que se haga la vista gorda sobre su transgresión, pero que si en un momento determinado se necesita anular a alguien incómodo, se le detenga o se le multe por haber incumplido alguna de esas leyes. Por ejemplo, se prohíbe poseer una cantidad superior a 50 dólares, cuando la mayoría de los frecuentes sobornos a policías o funcionarios suelen superar los 100.

         Además de las anécdotas y de algunos detalles que hacen muy atractiva la lectura de este libro, se cuentan aquí acontecimientos dramáticos como la toma de rehenes en el  Teatro Dubrovka de Moscu, que terminó con la muerte de más de 130 ciudadanos inocentes, el hundimiento de submarino Kursk, donde murieron 118 marinos rusos ante la impotencia de las autoridades y la impasibilidad de un Vladimir Putin que no interrumpió sus vacaciones. Bosch destaca el papel de las mujeres rusas y su valor haciendo frente en solitario a los abusos de las autoridades.

EL ADAGIÓGRAFO 3/24

2. Reflexión para el fin de semana

“Voy a serles franco: estoy hasta los cojones de todos nosotros”. Estanislao Figueras, presidente de la I república  antes de marcharse de España

7. La ley de amnistía se ha convertido en el campo de batalla entre el Gobierno y una parte de la judicatura.

“Las leyes son como telas de araña: los animales más débiles quedan detenidos en ellas, pero los más fuertes las atraviesan sin dificultad”. Anacarsis

9. Reflexión para el fin de semana.

“Buscando la pregunta a una respuesta que no conozco” (Útima frase del narrador de la película “A los que aman” de Isabel Coixet

11. Lo ha dicho Feijoo, sin que le diera la risa: “Sánchez caerá por la mentira y la corrupción”.

“París bien vale una misa”. Enrique de Borbón, cuando se convirtió al catolicismo para poder coronarse rey de Francia

12. Con el ataque al retrato de Lord Balfour por una manifestante propalestina, el Arte se ha convertido en la víctima de cualquier protesta.

“Principio del arte: reencontrar más de lo que se ha perdido”. Elias Canetti

13. Muy oportuno el Oscar a “La zona de interés” para que el Holocausto no caiga en el olvido en un momento en el que los únicos que no parecen recordarlo son los judíos.

“La historia contemporánea ha dividido a los seres humanos en dos categorías: los que son confinados en campos de concentración por sus enemigos y en campos de internamiento por sus amigos”. Hannah Arendt

16. Reflexión para el fin de semana

El corazón tiene razones que la razón no entiende. Pascal

20. Donald Trump promete hacer de dictador por un día para promover la deportación masiva de inmigrantes. Después, por la noche ya se vuelve otra vez demócrata.

“Si alguna vez el fascismo llega a Estados Unidos lo hará en nombre de la libertad”. Thomas Mann

21. Putin dice que financiar armas para Ucrania con los fondos rusos congelados por la UE va contra el Derecho internacional. Por lo visto, invadir un país, no.

“No confío en nadie. Ni en mí mismo”. Jósif Stalin

23. Reflexión para el fin de semana.

“Todo es ajeno a nosotros. Tan sólo el tiempo es nuestro”. Séneca

24. Putin sobre el atentado terrorista en Moscú: “Un atentado bárbaro y sangriento contra personas pacíficas e inocentes”. Una definición perfecta para aplicarla a los bombardeos sobre Ucrania y Gaza.

“No preguntes por quién doblan las campanas, doblan por ti”. John Donne

31. Reflexión para el fin de semana

Contra el pesimismo de la razón siempre nos queda el optimismo de la voluntad. Gramsci

EL PADRINO A LOS CIEN AÑOS

EUFEMÉRIDES

En el centenario del nacimiento de Marlon Brando

         1973 fue el año en el que Marlon Brando llegó a lo más alto de su carrera gracias sobre todo a su papel en la película “El padrino” de Francis Ford Coppola. Por este trabajo fue galardonado con el Oscar al mejor actor, un premio que no fue a recoger. En su lugar envió a Sacheen Littlefeather, una actriz que se hizo pasar por activista de los derechos civiles de los indios para leer un manifiesto de protesta por la imagen que Hollywood daba de ellos en sus películas. Aquellos días el tema de la colonización americana estaba de actualidad gracias al éxito del libro de Dee Brown “Enterrad mi corazón en Wounded Knee”, donde en 1890 habían sido masacradas varias tribus sioux. En febrero de 1973 los descendientes de aquellas víctimas habían tomado la aldea de Wounded Knee, al sur de Dakota, para obligar al gobierno a negociar sobre las condiciones de vida en las reservas. El tema estaba en todo su apogeo cuando se celebró la ceremonia de los Oscar. El incidente de Hollywood tuvo repercusiones para Brando en sus relaciones con las productoras, reacias a contratar a quien se había mostrado tan crítico con la industria. No volvió a protagonizar ninguna otra película de éxito. En 1972 había rodado también  “Último tango en París”, de Bernardo Bertolucci, una tórrida historia de amor y sexo que incluía una violación que años después, María Schneider, la actriz protagonista, reveló que había sido real por voluntad del propio Brando. Después de estas películas sólo cabe destacar un papel secundario en “Apocalipse Now”, también de Ford Coppola. Sin embargo seguía siendo uno de los actores mejor pagados: por una brevísima aparición en “Superman” cobró en 1978 cuatro millones de dólares. En España rodó en 1992 “Cristóbal Colón: el descubrimiento” interpretando al inquisidor Torquemada, un papel secundario por el que le pagaron 500 millones de pesetas.

         Marlon Brando estuvo familiarizado con el mundo de los escenarios y los platós desde que naciera el 3 de abril de 1924, hace cien años. Su padre era un productor de cine de origen alemán, alcohólico y mujeriego, que había tenido algunos éxitos con películas protagonizadas por James Cagney, Gary Cooper y Sidney Poitier. Su madre, Dorothy Pennebaker, actriz de teatro, que sufría trastorno bipolar, murió alcoholizada en 1954. Fue ella quien transmitió a su hijo (y también a su hermana Jocelyn) la atracción por los escenarios de teatro y los estudios de cine.  Como homenaje, Marlon Brando tituló su autobiografía “Las canciones que mi madre me enseñó”, que escribió en 1994 con Robert Lindsey. Después de la muerte de su madre, Marlon Brando, tercero de los hijos del matrimonio, se trasladó a vivir a la casa de su hermana en el Greenwich Village de Nueva York huyendo de la autoridad de un padre prepotente y represor. Aunque también el comportamiento del joven Brando dejaba mucho que desear, expulsado de todos los colegios en los que había estudiado y de la academia militar de Minnesota a donde lo había enviado su padre. Gracias a los contactos de su hermana, en Nueva York recibió clases de teatro de Stella Adler, Elia Kazan y Lee Strasberg en el Actor’s Studio siguiendo el método Stanislavski. Comenzó haciendo teatro en papeles dramáticos muy elogiados por la crítica, pero muy pronto se vio atraído por el cine, donde Elia Kazan lo convirtió en estrella dándole el papel protagonista de “Un tranvía llamado deseo”, una obra de Tennessee Williams con la que Brando ya había triunfado en el teatro. Kazan volvió a dirigirlo en “Viva Zapata”, otra de sus primeras grandes interpretaciones. Fue nominado tres veces al Oscar, por esas dos películas y por “Julio César”. Por fin consiguió la estatuilla por su papel en “La ley del silencio”. Su carrera siguió con “Rebelión a bordo”, “El rostro impenetrable” (que también dirigió), “La jauría humana” y “Reflejos en un ojo dorado”, que no consiguieron los elogios de sus anteriores trabajos pero lo mantuvieron en primera línea. A finales de los años sesenta, su descuidada imagen de abandono, su obesidad, sus problemas con el alcohol y su retiro a la isla de Tetiaroa, en la Polinesia francesa, que Marlon Brando compró en 1966 a los descendientes de la familia real de Tahití, hicieron que el cine se olvidara de él. La necesidad de mantener a sus numerosas amantes y a los once hijos que había tenido de sus tres matrimonios lo obligó a regresar al tajo. En “Las canciones que mi madre me enseñó” reconoce haber tenido un breve romance con Marilyn Monroe, que cree que fue asesinada, y una relación más seria con Rita Moreno, a quien según cuenta la actriz en sus memorias, obligó a abortar cuando quedó embarazada. Su última esposa, la tahitiana Tarita Teriipia, a quien conoció durante el rodaje de “Rebelión a bordo”, publicó tras su divorcio un libro demoledor sobre su relación con Brando. Así pues, fueron las dificultades económicas las que obligaron al actor a regresar a los estudios para pedir a Ford Coppola el papel de don Vito Corleone en “El padrino”, un personaje que lo había fascinado desde que leyó la novela de Mario Puzo. A pesar de la inicial oposición de la Paramount, el director consiguió imponer su criterio sobre quién debía interpretar a don Vito. Y fue todo un acierto.

Los últimos años de la vida de Marlon Brando no fueron precisamente de vino y rosas. El novio de Cheyenne, una de sus hijas, fue asesinado en la residencia familiar que los Brando tenían en Mulholland Drive, el barrio al pie de las colinas de Hollywood. Christian, hermanastro de Cheyenne, fue acusado como autor material del crimen y condenado a prisión, donde pasó seis años. En 1995 Cheyenne se ahorcó en el dormitorio de su casa en Tahití y Christian también se suicidó al año siguiente en Los Ángeles. A pesar de estos golpes Marlon Brando continuó haciendo algunas películas (“The Score”, “Un golpe maestro”, “El regreso de Supermán”) y manteniendo sus actividades de apoyo a la causa de los Black Panthers, la oposición a la pena de muerte y como embajador de Unicef. Mimado por la popularidad, en sus memorias afirma que la fama es  estúpida y destructiva: “ha sido mi perdición, me ha obligado a vivir una vida falsa… la gente no se relaciona contigo por la persona que eres, sino con el mito que creen que eres, y el mito está equivocado”.     

         En la historia del cine Marlon Brando forma parte de una generación de grandes actores cuyos nombres conformaron toda una era dorada del séptimo arte: James Dean, Paul Newman, Kirk Douglas, Rock Hudson, Montgomery Clift, Steve McQueen… La revista “Time” calificó a Brando como “el mejor actor del siglo XX”, o sea, el mejor de todos ellos.  Murió el 1 de Julio de 2004, solo y arruinado aunque, pese a las presiones de todo tipo, sin vender su isla tahitiana en la que seguía viviendo. A su muerte pasó a ser propiedad de su hijo Teihotu y hoy es un resort de lujo bautizado con el nombre del actor.

EN EL CENTNARIO DE SARAH VAUGHAM

EUFEMÉRIDES

SARAH VAUGHAM, CIEN AÑOS DE JAZZ

Francisco R. Pastoriza

         En 1942 dos amigas adolescentes de New Jersey se presentaron a un concurso de nuevos talentos que convocaba el Apolo Theatre de Harlem, en Nueva York. La más joven, Doris Robinson, cantó acompañada de una pianista cuyas notas remitían a los cantos de iglesia de las comunidades negras de América. Quedaron en segundo lugar. Al año siguiente la pianista volvió a participar en aquel concurso pero esta vez decidió cantar en vez de tocar el piano. Ganó el primer premio. Aquella pianista y cantante se llamaba Sarah Vaugham y el Apollo le pagó 10 dólares y la invitó a cantar como telonera de Ella Fitzgerald durante una semana. Entre el público de aquel concurso estaba Billy Eckstine, un vocalista de jazz que cantaba en la banda de Earl Hines. Eckstine la recomendó a Hines y Sarah Vaughman se integró en la banda primero como pianista y más tarde también como cantante, y cuando Eckstine formó su propia banda se fue con él.

         Sarah Vaugham era hija de un carpintero aficionado a la guitarra y de una lavandera que tocaba el órgano en la iglesia baptista de Monte-Sión en Newark, Nueva Jersey. Fue ella quien enseñó a tocar el piano a su hija y quien la animó a seguir la carrera de cantante después de apreciar la calidad de su voz. Sarah Vaughan nació el 27 de marzo de 1924, y hoy cumpliría cien años.

         Por la banda de Eckstine pasaron en aquella época algunos músicos que años después llegarían a ser grandes maestros de jazz como Charlie Parker y Dizzie Gillespie. Con ellos grabó para las discográficas Continental y Musicraft sus primeros discos con la banda. Estuvo con Eckstine hasta que se independizó en 1944 y grabó ya con su nombre el álbum “Tenderly”, cuyo tema central se convirtió en uno de los standards de jazz más conocidos de la historia. Otra de las canciones del disco, «Nature Boy», fue un gran éxito cuando Nat King Cole hizo una versión del tema. En 1947 Sarah Vaugham también llegó a las listas de ventas con “Its Magic”, sobre todo gracias a la banda sonora de la película “Romance in the High Seas”, protagonizada por Doris Day, que incluía algunas de sus canciones. Estos éxitos despertaron el interés del poderoso sello Columbia, que la consagró como una estrella de jazz preparándole grabaciones con artistas como Miles Davis. Llegó a dar conciertos acompañada por una orquesta sinfónica. Actuó en grandes festivales de jazz como el de Newport, grabó temas con arreglos de Michel Legrand e hizo giras internacionales. Sus conciertos en Tokio se publicaron como grabaciones en directo. Sin embargo Sarah Vaugham no se encontraba cómoda siendo objeto de las operaciones comerciales de una gran multinacional y buscó sellos más acordes con la música intimista que quería hacer. En Mercury, y más tarde en Roulette, encontró lo que buscaba, y en el pianista Jimmy Jones, el contrabajo Joe Benjamin y el batería Roy Hines, los músicos que se adaptaban mejor a su estilo.

Los años sesenta fueron un paréntesis para la práctica totalidad de los músicos de jazz, marginados del mercado por la revolución de la nueva música pop. Para mantenerse, Sarah Vaugham llegó incluso a grabar un disco con canciones de los Beatles y versiones de temas populares de aquellos años, un trabajo para olvidar. Volvió a la pureza del jazz en los setenta con nuevas grabaciones para el sello Mainstream y la discográfica Pablo, con la que participó en un homenaje a Duke Ellington.

         No tuvo éxito en su vida privada en sus tres matrimonios con  George Treadwell, Waymond Reed y Clyde Atkins, con quien adoptó una hija, Deborah, que siguió una carrera de actriz con el nombre de Paris Vaugham. Tuvo varios amantes, entre ellos Marshall Fisher, un hombre de pasado incierto que se ocupó de sus negocios hasta llevarlos a la ruina, lo que, unido a las deudas de juego y a los derroches de la cantante le costó que le confiscaran su casa de Englewood.

El destino quiso que en el final de su carrera estuviese la misma persona con la que comenzó. Bajo la dirección de Quincy Jones, en 1989 grabó “Back in the Black”, un álbum que incluía duetos con Ella Fitzgerald, aquella cantante ya entonces consagrada para la que había cantado como telonera en 1943. Fue lo último que hizo. Murió al año siguiente de un cáncer de pulmón, cuando tenía 66 años. Conocida como Sassy, también le llamaban ‘La Divina’, un apodo que le puso el disc jockey Dave Garroway en su programa de una emisora de radio de Chicago.

EN LA MUERTE DE RAMÓN MASATS

Desaparece el  Cartier-Bresson español

Francisco R. Pastoriza

         En los años sesenta del siglo XX las fotografías de Ramón Masats revolucionaron la imagen documental de una España negra de toros, procesiones, falangistas, fiestas populares, mujeres de luto y guardias civiles. En alguna ocasión declaró no ser consciente de estar retratando una época, pero con el tiempo sus fotografías se han convertido en verdaderos iconos de la sociedad española de aquellos años. Su instantánea de un cura con sotana haciendo una estirada de portero en un partido de fútbol, titulada “Seminario. Madrid, 1960”, es la que mejor le representa. La foto la hizo por encargo de un seminario de Madrid que quería dar una imagen popular de los curas, jugando al fútbol con los jóvenes y haciendo cosas de gente normal. La foto fue adquirida por el MoMA de Nueva York, donde se exhibe junto a otras de grandes artistas. Los museos Reina Sofía y Bellas Artes de San Fernando en Madrid  y el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo albergan también algunas de sus obras. Otras se conservan en el Museo de Fotografía en Huete (Cuenca).

         Nacido en Caldes de Montbui, Barcelona, en 1931, Ramón Masats murió el día 4 de este mes de marzo en Madrid. Pasó sus primeros años de niño de la guerra en la tienda donde sus padres vendían bacalao, que además tenía un sótano donde iban a refugiarse los vecinos cuando había bombardeos. Durante el servicio militar se aficionó a la fotografía leyendo en los ratos libres la revista “Arte fotográfico” y se compró su primera máquina. En su casa tuvo que decir que le había tocado en una tómbola. Comenzó retratando el ambiente de las Ramblas de Barcelona en 1953.  Perfeccionó la técnica en un grupo que había en el casino de Terrassa y más tarde se unió a la Agrupación Fotográfica de Cataluña, donde estaban Oriol Maspons, Ricard Terré y Xavier Miserachs. Su familia hubiera preferido que su futuro estuviese ligado a aquella tienda de venta de bacalao, que habían trasladado al mercado del Born en Barcelona, pero él decidió dedicar su vida a la fotografía e instalarse en Madrid (“Ya volverás”, dice que le dijo su padre). Pero no volvió. Llevaba un reportaje sobre los Sanfermines que enseñó a la redacción de Gaceta Ilustrada, una de las grandes revistas españolas de la época, que no lo hizo fijo pero le dio trabajo, que simultaneó con reportajes para el diario Ya y la revista Mundo Hispánico. Con aquellas fotos y otras que hizo durante varios años publicó su libro “Los Sanfermines”. Con Gabriel Cualladó, Francisco Ontañón, Leonardo Cantero y Francisco Gómez formó el colectivo La Palangana, que incluía también al pintor Joaquín Rubio. Todos ellos documentaron gráficamente la historia de una buena parte de la España del siglo XX.

         Muchas de las fotografías que hizo en los años sesenta nunca habían visto la luz y estaban guardadas en varias cajas que abrió muchos años después. Con aquellos descartes se organizó en la galería Tabacalera de Madrid la exposición “Visit Spain”, lema franquista en los años sesenta para atraer el turismo a nuestro país.  

         Masats fue un renovador y modernizador del reportaje fotográfico en la España de la posguerra, de la que captó sus tópicos, miserias y opulencias. Sin adscribirse a ninguna corriente recorrió todo el país haciendo fotos de aquella España. Parados, limpiabotas, mujeres trabajadoras, vendimiadores, pastores embozados para combatir el frío… Y retratos: Azorín, Juan García Hortelano, el general Franco en El Pardo, Yves Saint-Laurent, Buñuel y Berlanga, los pintores del grupo El Paso (en su casa colgaban varios cuadros de este colectivo). Ignacio Aldecoa escribió los textos de  Neutral Corner (1962), sobre el mundo del boxeo, y con Delibes hizo las fotografías de Viejas historias de Castilla la Vieja (1964). Cuenta que Delibes conducía su coche mientras le iba enseñando Castilla y que a veces se paraban para que el escritor utilizara la escopeta que llevaba para cazar. Primero en moto y después en un  600 recorrió toda España para hacer fotografías (por cierto, el  coche se lo proporcionó el fotógrafo pictorialista Ortiz Echagüe, que era director de la Seat). Con textos del crítico taurino Joaquín Vidal publicó Toro en 1998.

         En 2003 su exposición retrospectiva La memoria reconstruida recogía más de un centenar de fotografías tomadas desde 1950. Y en 2006 se exponía Contactos en la Real Fábrica de Tapices, una recopilación que conmemoraba el Premio Nacional de Fotografía que le fue concedido en 2004.    

Gracias a su amistad con los hermanos Saura, Carlos y Antonio, pudo hacer fotografías durante el rodaje en 1961 de “Viridiana”, de Luis Buñuel. Estas fotografías procedentes de cuatro rollos casi olvidados por Masats, todas inéditas, se expusieron en 2017 en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporánea Pablo Serrano de Zaragoza en la muestra “Masats/Buñuel en Viridiana”. En 1965 abandonó la fotografía para dedicarse al cine, la publicidad y la televisión de los años 70 (Los ríos, Raíces, Conozca usted España, Vísperas de nuestro tiempo). Cuenta que, después de hacer “Insular” para TVE, sobre Lanzarote, con música de Luis de Pablo, el director general de la cadena, entonces Adolfo Suárez, les dijo: “Como hagáis otra mariconada como ésta, no volváis por aquí”. En 1970 dirigió la película “Topical spanish” con guión de Chumy Chúmez, sobre un seminarista que forma un conjunto de rock. En 1981 volvió a la fotografía con nuevos proyectos en los que ya incluía el color, que utilizó en un encargo de veinte libros para las publicaciones sobre España de la editorial Lunwerg.

A finales de los noventa decidió abandonar la fotografía. Su último libro fue sobre Cuenca y su última foto la hizo en la comunión del hijo de uno de sus familiares.

EL ADAGIÓGRAFO 2/24

2. Hoy es el día de la marmota y seguimos atrapados en el tiempo: guerra de Ucrania, Consejo del Poder judicial, sequía… y el Real Madrid líder de la liga ¿no?.

“¿Para qué repetir los errores  antiguos habiendo tantos errores nuevos por cometer?. Bertrand Russell

3. Reflexión para el fin de semana.

“El éxito es el mejor desodorante. Limpia los olores del pasado”. Elizabeth Taylor

5. Real Madrid y Atlético invitan a los árbitros al Bar.

“El fútbol es un festival de la fertilidad. Once espermatozoides tratando de entrar en el huevo. Lo siento por el portero”. Björk, cantante islandesa

10. Reflexión para el fin de semana

“Tenemos dos orejas y una lengua, para oír mucho y hablar poco”. Zenón de Citio

12. El cambio de rumbo del PP en relación con la amnistía y los indultos en vísperas de unas elecciones ha desorientado a la clase política.

“La política puede prescindir de Dios, pero nunca de algún diablo”. Eric Hoffer

13. Más de 30 años de periodismo en tv, 25 años como profesor de  Comunicación Audiovisual y ahora me entero qué significa la palabra icono.

Pedro Sánchez en X: «Inés Hernand, @InesRisotas, el icono eres tú. https://t.co/VqcDsG20mp» / X (twitter.com)

14. Hoy es el día del amor y también miércoles de ceniza

“serán ceniza, mas tendrá sentido; polvo serán, mas polvo enamorado”. Quevedo

16. ¿Para qué llevar a la gente a los hospitales si al final se van a morir igual?. Ayuso dixit

La medicina es el arte de acompañar al sepulcro con palabras griegas. Estrella Montolio (Manual de escritura académica y profesional)

17. Reflexión para el fin de semana

El pasado es impredecible. Chiste soviético

18. El responsable de la muerte de Navalni es el mismo a quien Trump anima a atacar a los países europeos que no dediquen a Defensa el 2 por ciento de su presupuesto.

Al general Ramón María Narváez, en trance de muerte le instaron a perdonar a sus enemigos: “Es imposible, los he matado a todos”

21. Tres días después de la muerte de Navalni en la cárcel, Putin asciende a coronel general al subjefe de prisiones. Misión cumplida.

“Mi misión es matar el tiempo y la de éste matarme a su vez. Se está bien entre asesinos”. Emile Cioran

22. Después de haber manifestado tantas simpatías por Putin y su régimen, ahora Trump dice sentirse como el Navalni americano.

“Me encanta la gente con pocos estudios”. Donald Trump

24. Reflexión para el fin de semana.

Sócrates: “Sólo sé que no sé nada”

Karl Popper: “Y muchas veces ni eso”

TAPIES EN LA GALERÍA

Francisco R. Pastoriza

         El pasado 13 de diciembre se cumplía el primer centenario del nacimiento de Antoni Tàpies en Barcelona en 1923. A la espera de la gran exposición antológica conmemorativa que el Reina Sofía de Madrid, algunos museos y galerías ya están celebrando la efeméride con actividades culturales y exposiciones como la que la Galería Leandro Navarro acaba de inaugurar en su sede de Madrid. Se trata de 17 obras creadas por el artista catalán entre 1955 y el 2000, entre las que hay pinturas, esculturas y un tapiz de grandes dimensiones. El director de la galería, Iñigo Navarro, resalta la oportunidad de esta exposición en las fechas de celebración del centenario: “Su obra es emocionante, es un artista que nos enseña una mirada distinta de la realidad, se fija en cosas que a veces nos resultan invisibles y frágiles. Tàpies las posiciona, les dota de importancia y nos lleva a reflexionar con profundidad sobre el ser humano y su lugar en el mundo. Además su obra contiene una carga espiritual con una gran influencia de las religiones orientales… El contenido de la obra de Tàpies es tan profundo y reivindicativo que indudablemente consigue  un acercamiento al ser humano”. Para Toni, el hijo del pintor, esta exposición resume una visión global de la obra del artista porque incluye muchos de sus registros y su doble vertiente: la actitud de rebeldía al valorar las cosas más simples (la paja, una caja de madera, el polvo) y su actitud espiritual que invita a la reflexión

         La exposición se inicia con una escultura, “Tamboret”, y algunos cartones en los que aún se aprecian formas surrealistas, el movimiento en el que Tàpies estuvo antes de su pase al informalismo (“Pintura negra i ocre”, “Materia azul y transparente”), y termina con el tapiz “Color arpillera y filferros”. En el recorrido nos encontramos con “Blau i ulleres” (la pieza más valorada de la exposición, 1.100.000 euros), su “Homenaje a la pintura”, “Oval i objectes”, las cuasi realistas “El cazo” y “Jo parlo amb la ma” o la fascinante escultura “Caixa amb cistella”.

UN CENTENARIO CONTEMPORÁNEO

         Uno de los artistas contemporáneos españoles más internacionalmente reconocidos se llama Antoni Tapies. Nació en Barcelona y murió en esta misma ciudad en febrero de 2012. La situación política, en contraposición a sus posiciones ideológicas antifranquistas, retrasó su reconocimiento oficial en España hasta la llegada de la democracia, pero en ambientes intelectuales y artísticos su obra era conocida y apreciada. La primera gran exposición retrospectiva de Tapies en Madrid no se celebró hasta junio de 1980 en el Museo Español de Arte Contemporáneo de la Ciudad Universitaria, si bien, como para compensar esta ausencia, fue una gran exposición: se reunieron 250 obras representativas de todas sus épocas y técnicas, desde un dibujo de 1944 hasta pinturas fechadas el mismo año de la exposición. No se repetiría nada igual hasta el año 2000 cuando el museo Reina Sofía organizó una gran antológica para celebrar el 75 aniversario del pintor.

LA VIDA EN UN LIBRO

         Hace muchos años di por casualidad en una librería del barrio lisboeta del Chiado con una primera edición de Memoria personal, una autobiografía hoy difícil de encontrar del pintor Antoni Tàpies que guardo como una reliquia, sobre todo después de que escribiera una dedicatoria con su firma durante una entrevista que le hice años después. Memoria personal se editó primero en catalán en 1977 (Ed. Crítica) y luego en castellano (Seix Barral, 1983). Tapies escribió estas memorias en 1966 (con algunas notas y breves comentarios añadidos posteriormente) empujado, dice, por la rabia que le provocó la experiencia de haber sido detenido por la policía franquista junto a otros 30 artistas e intelectuales reunidos en el convento de los capuchinos de Sarrià, cuando daba su apoyo al sindicato democrático de estudiantes, acontecimiento con el que termina el último capítulo de estas memorias. Me sorprendió entonces (y ahora que he vuelto a leerlo) la prosa tan clara y la emotiva expresividad con la que narra sus recuerdos. Sus descripciones de paisajes y de personas son como las de un pintor en ocasiones expresionista y a veces fauve, volcadas en letra impresa. En otras, con un solo trazo (una sola pincelada, como en las pinturas enso que tanto apreciaba) consigue transmitir una idea precisa. Las evocaciones de ambientes, situaciones y sentimientos sitúan estas páginas de sus memorias a la altura de su personalidad creadora. Es admirable la capacidad de retentiva de nombres, lugares y escenarios que rescata desde su infancia. A lo largo de sus más de 400 páginas Tapies narra su proceso de formación cultural (destaca la gran cantidad de sus lecturas de literatura, filosofía, arte, ciencia…), su interés temprano por las culturas de India y China y su evolución como pintor, al tiempo que examina con magistral lucidez el arte, la cultura y la sociedad de su tiempo. Su adolescencia de enfermo tísico, las relaciones familiares y su amor por Teresa, los avatares con sus compañeros de Dau al set, su fuerte amistad con Joan Brossa… lo personal y lo profesional se alternan y se entrelazan a lo largo de estas páginas, de lectura recomendable para los jóvenes artistas que se enfrentan con las dificultades de todo creador original.   

         Desde entonces, simultáneamente a su pintura, Tàpies ha venido escribiendo y publicando constantemente, sobre todo textos relacionados con reflexiones sobre su obra y el arte contemporáneo. Uno de sus textos de obligada lectura debiera ser “El juego de saber mirar”, de 1967, una excelente proclama estética de su obra. En En blanco y negro. Ensayos (Galaxia-Gutenberg), recoge artículos publicados en diversos medios (Destino, La Vanguardia, El País, Avui, Serra d’Or…), desde los años cincuenta hasta el 2000, junto a prólogos, manifiestos, ensayos, discursos… en los que junto a sus preferencias pictóricas y a sus críticas, se pueden rastrear sus gustos y entender y valorar mejor la evolución de su pintura.

En sus memorias Tapies cita un número extraordinario de la revista D’aci i d’allá (el de Navidad de 1934) como uno de los documentos que contribuyeron a fijar su vocación por la pintura y a enseñarle las características y los valores de los diferentes movimientos artísticos del siglo XX (Tengo el convencimiento de que la posesión y disfrute de aquel número me despertó extraordinariamente la sensibilidad, me dio una perspectiva muy exacta sobre todo lo que es fundamental en la historia del arte moderno. P.99). Tal vez sea por esta razón por lo que en En blanco y negro está presente una cierta vocación pedagógica, tanto sobre su propia obra como sobre algunos de los artistas y movimientos de vanguardia que más le conmueven. En este libro Tapies hace un completo repaso a su obra y subraya la importancia y la trascendencia de las influencias que tuvieron en ella el arte y la filosofía orientales.

Su libro El arte y sus lugares, publicado en 1999, es un manifiesto visual sobre lo que es el arte para Tapies, un canon ilustrado con 328 fotografías, ninguna de sus obras y muchas de su colección particular.

EL ARTISTA Y SU OBRA

         Tapies se inició en la pintura en los años cuarenta, al principio como artista figurativo influido por Van Gogh y otros y más tarde fascinado por el surrealismo y la obra de Miró, Ernst y Paul Klee, que conoció mientras asimilaba el existencialismo de Sartre. En esta época se unió al grupo Dau al Set, para pasar en los cincuenta al informalismo, al que dio más profundidad y complejidad. A lo largo de su vida utilizó en su pintura un universo de signos y símbolos en inscripciones rudimentarias como roces, raspaduras e incisiones, que caracterizan su obra. También arquetipos como el laberinto y la cruz, la puerta, la ventana o el espejo, y los colores blanco, negro, rojo, pardo y siena sobre todo. También se aprecian elementos de la accesis mística oriental del Zen y de la tradición del románico catalán.

TÍTULO. Tàpies centenario

LUGAR. Galería Leandro Navarro. Madrid

FECHAS. Hasta el 24 de marzo

Antoni Tàpies, Caixa amb cistella (Caja con cesta), 1999

LOS OCHENTA DE SEBASTIAO SALGADO

«La fotografía es una escritura de una gran fuerza, que puede leerse en todo el mundo sin necesidad de traducción… las fotografías son fracciones de segundo que relatan historias completas.» Son declaraciones de Sebastião Salgado a la periodista Isabelle Francq, recogidas en De mi tierra a la Tierra, una biografía del fotógrafo publicada en España en 2014 (La Fábrica), en la que Salgado cuenta su vida y sus experiencias personales en el mundo de la fotografía. Salgado cumple hoy ochenta años.

Sebastião Salgado nació en Aimorés, en el estado brasileño de Minas Gerais, en una granja del valle del Rio Doce propiedad de sus padres. Estudió económicas en la Universidad de São Paulo y en París, a donde llegó en 1969 huyendo de la dictadura brasileña. Después de algunos trabajos como economista comenzó como fotógrafo aficionado en 1970 y abandonó su puesto de funcionario en la FAO en 1973 para dedicarse a la fotografía como freelance haciendo reportajes sobre África, un continente por el que siempre ha sentido una gran atracción. Sus primeros reportajes sobre este continente se publicaron en las revistas Christiane y La Vie Catholique, por entonces dirigidas a las comunidades cristianas de Francia. Volvió a África en numerosas ocasiones para fotografiar desde la belleza de sus paisajes hasta el horror de sus guerras.

Después de una breve estancia en la agencia de fotografía Sygma, trabajó en la agencia Gamma («la mayor escuela de fotografía») entre 1975 y 1979, donde conoció a Floris de Bonneville, de quien recibió impagables enseñanzas. Más tarde, en 1979, se integró en Magnum, donde debutó con un reportaje en color sobre la Guayana francesa para la revistas Geo. A pesar de que su especialidad es el blanco y negro, volvería alguna vez más al color en algunos de sus reportajes para revistas ilustradas, como el dedicado al 70 aniversario de la Revolución soviética, que publicó en Life (en la actualidad también fotografía en color y experimenta con la fotografía digital). En Magnum permaneció 15 años, hasta 1994, cuando decidió crear con su esposa Lélia Deluiz Wanick su propia agencia, Amazonas Images, que nació con un solo fotógrafo: él mismo. En las instalaciones de su agencia (un antiguo depósito de carbón en el quai de Valmy de París), instaló sus archivos, laboratorios y oficinas. En 1996 publicó Terra, con textos de José Saramago y fotografías tomadas en 1979, cuando regresó a Brasil para hacer un reportaje sobre el Movimiento de los Sin Tierra. En 1984 viajó con Médicos Sin Fronteras al Sahel africano para realizar un reportaje sobre la hambruna de los países de aquella zona por el que fue galardonado con el World Press Photo. Con este material publicó los libros Sahel, l’homme en détresse (1986) y Sahel, el fin del camino (1988). Junto con el continente africano, otro de los escenarios que recorrió incesantemente fue el de los países de Latinoamérica a los que dedicó su primer libro Otras Américas y una exposición en París en 1986.

Su fotografía mezcla el testimonio y el compromiso con las personas más desfavorecidas, con un estilo estético para el que utiliza el blanco y negro en planos generales muy abiertos, consiguiendo frescos fotográficos de extraordinaria belleza y dramatismo, como los obtenidos de los trabajadores de las minas de oro en la brasileña Serra Pelada o los de una mina de carbón a cielo abierto en Dhanbad (India). Entre el fotoperiodismo y la denuncia social, la obra de Salgado transmite dramatismo a través de las proporciones monumentales de sus paisajes, casi siempre hostiles, donde se sitúan los protagonistas de sus fotografías, trabajadores en labores épicas. En una obra tan bella como desoladora, Salgado recoge la tradición del compromiso social y el humanismo en la fotografía y la trasciende hacia la reflexión sobre el sufrimiento.

Salgado se define como fotógrafo social, un género al que dice haber llegado como prolongación de su compromiso político y de sus orígenes. Aunque para él «fotografiar es mucho más que publicar imágenes», también ha llevado a cabo una gran labor en el fotoperiodismo: en 1975 registró aspectos de la etapa posterior a la Revolución de los claveles portuguesa y años más tarde los genocidios de Ruanda y Camboya, el drama de Sudán, la guerra en la antigua Yugoslavia o los efectos de la explosión de los pozos de petróleo en Kuwait tras la primera Guerra del Golfo en 1990. Fue testigo del atentado sufrido por Ronald Reagan en 1981 y es el autor de las fotografías sobre este hecho publicadas en todo el mundo. Entre 1986 y 1991 realizó unos 40 reportajes en 25 países sobre el desmantelamiento de las industrias europeas y el trabajo de los hombres y mujeres de los más variados sectores laborales, lo que ha denominado «arqueología visual de la era industrial». El resultado de este gigantesco trabajo de «geopolítica de la producción», como lo denominó, está recogido en su obra La mano del hombre (Workers), de 1993. Los flujos de población desde las áreas rurales a las zonas urbanas con motivo de la deslocalización de las grandes industrias occidentales hacia los países pobres buscando mano de obra barata, y las migraciones desde los países del Tercer Mundo a Europa y América persiguiendo una vida mejor, son la base de sus libros Exodus y Retratos de los niños del éxodo, ambos publicados en 2000, que recogen también los movimientos de refugiados de guerras y persecuciones. Estas obras son como gigantescos frescos sobre la humanidad en tránsito: refugiados, exiliados, emigrados. Además de los citados, publicó En camino (2000), 4.000 Habitations, Terra (1997), en donde retrata al hombre como un instrumento del trabajo… Su especialidad es la de producir relatos fotográficos fragmentados sobre un mismo tema a lo largo de varios años.

Defensor del medio ambiente a través de la fotografía, en 1998 fundó con su esposa Lélia el Instituto Terra con el fin de reforestar la selva atlántica brasileña, un proyecto en el que trabajan actualmente. Este recorrido hacia el paisaje de la infancia de Sebastião Salgado está en el origen de Génesis, que el fotógrafo y su esposa idearon en 2002. Génesis es una serie dedicada a aquellos espacios de la naturaleza que permanecen intactos y a los que no ha llegado aún la huella destructora del hombre. Sebastião Salgado invirtió ocho años en este ambicioso proyecto sobre el que compuso una historia visual que captó en todos los continentes. Comenzó a hacer fotografías para este trabajo en 2005 en la Antártida, para recorrer después el Sáhara, las Galápagos, Madagascar, Nueva Guinea, el Himalaya, Alaska, la Amazonía… Después de fotografiar hombres, mujeres, niños en los más diversos lugares y actividades, ahora era el turno de los volcanes, las dunas, los glaciares, los icebergs, los ríos, los desiertos, los leones, las tortugas, las ballenas, los renos… pero sin olvidarse de los seres humanos, esta vez de aquellos que aún viven en equilibrio con la naturaleza, miembros de poblaciones indígenas de Mato Grosso, de Nueva Guinea, de Sudán del Sur, de Sumatra, mujeres mursis y surmas, las últimas que llevan platos en los labios, nénets de Siberia: «Al pasar algunas semanas con poblaciones que habitan como vivíamos todos los humanos en los albores de la humanidad, pude comprobar que los grandes principios en los que se basa nuestro mundo existían mucho antes de que nuestra sociedad se organizara». Las fotografías de Génesis («mi carta de amor a la naturaleza», ha dicho Salgado) han sido publicadas en dos libros en 2013 y expuestas en grandes museos y salas de todo el mundo. El objetivo es provocar en la humanidad una reflexión sobre la naturaleza y sobre la necesidad de respetarla y protegerla mientras aún quede tiempo. El título de Génesis quiere designar la armonía que permitió toda la diversidad de las especies.

Dice Salgado en sus memorias que durante su estancia en las Galápagos para esta serie descubrió algunas de las cosas más importantes de su vida: que el hombre no es el único animal racional, pues todas las especies tienen su propia racionalidad, y que nuestro planeta está vivo y por eso exige de nosotros un inmenso respeto.

ADAGIÓGRAFO 1/24

1.Que este 2024 que comienza os traiga todo lo bueno que ansiáis.

“¿Qué es el tiempo?. Si alguien me lo pregunta, sé lo que es; si quiero explicarlo, no sé”. San Agustín (Las Confesiones)

2.Decía John Houston que una película debe comenzar con un terremoto y a partir de ahí aumentar su ritmo. 2024 acaba de empezar con un terremoto.

3. Los de Vox empiezan a mostrar sus diferencias con Abascal. Algunos no quieren colgar a Pedro Sánchez por los pies sino por el cuello.

“El odio sólo puede existir en ausencia de toda inteligencia”. Tennessee Williams

6. Reflexión para el fin de semana

“La nostalgia ya no es lo que era”. Simone Signoret

8. En las rías gallegas, a la marea negra del “Prestige” sucede la marea blanca de los millones de bolas de plástico de Bedeko Europe, que me recuerdan a la ceguera blanca de “Ensayo sobre la ceguera” de Saramago”

11. Podemos se queda como el único defensor de los progresos de la clase obrera.

“Ya somos todo aquello/contra lo que luchamos a los veinte años”. José Emilio Pacheco

12. Si Junts pone en práctica los principios de Torra, habría que alargar las líneas rojas.

“Animales carroñeros, escorpiones, hienas. Bestias con forma humana que destilan odio…con un pequeño bache en su cadena de ADN”. Quim Torra, expresidente de la Generalitat de Cataluña sobre las personas que viven en Cataluña pero no hablan en catalán.

13. Reflexión para el fin de semana.

 “Yo era famosa mucho antes de que nadie me conociera”. Lady Gaga

“Yo ya había pasado de moda antes de que nadie me conociera”. Paul Desmond

15. Leído en El País sorbe los Huthi:

El grupo, cuyo nombre es Ansarullah o Ansaralá (según se haga la transcripción del árabe al inglés o al castellano y que significa Partidarios de Dios) surgió de un movimiento evangelizador a finales del siglo pasado con el objetivo de reavivar el zayidismo (la rama del islam chií que sigue un tercio de los yemeníes), inspirados por Hezbolá (Partido de Dios).

 “Toda guerra ha sido siempre guerra de religión”. Gramsci

“La religión no es la causa de las guerras, es la excusa”. Jasper Fforde   

16. Hoy es el día internacional de The Beatles. Que ustedes lo escuchen bien

19. Los bloques de hielo encontrados en Marte solucionarán los problemas de sequía (dentro de cien años).

“No hay mal que cien años dure”. Refrán popular

20. Reflexión para el fin de semana

“La vida parece un drama si se ve en primer plano y una comedia si se ve en plano general”. Charles Chaplin

22. El VAR ya es como el Gobierno: sus decisiones son elogiadas por aquellos a quienes beneficia y rechazadas por los perjudicados.

“Se aprende más en la derrota que en la victoria, pero ¡prefiero esa ignorancia!”. Roberto Fontanarrosa

23. Feijoo dice que en España no hay Constitución. Eso explica que el PP lleve más de cinco años incumpliéndola.

“La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema”. Woody Allen

27. Reflexión para el fin de semana.

“El dinero es la única forma de tener libertad”. Aristóteles (Onassis)

“El más pobre de todos los pobres es el que sólo tiene dinero”. Joan Brossa

AL RESCATE DE SOMERSET MAUGHAM

Eufemérides.

EL BEST SELLER OLVIDADO

Francisco R. Pastoriza

         A los intelectuales que criticaban con dureza la comercialidad de las obra de Somerset Maugham, éste les decía que una novela siempre sería un best seller si cumplía tres reglas, pero nadie sabía cuáles eran. Sin embargo parece que el escritor sí las  conocía, pues cada novela que publicaba se convertía automáticamente en best seller. Lo que es ciertamente inexplicable es cómo un escritor como él, autor de más de veinte novelas, cien relatos, treinta obras de teatro, ensayos y libros de viajes, todos de gran éxito, muchos de ellos adaptados al cine por grandes directores (Henry Hathaway, William Wyler, Raoul Walsh, Edmund Goulding) y protagonizados por estrellas como Bette Davis, Leslie Howard, Gloria Swanson, Eleanor Parker, Rita Hayworth, Greta Garbo, Tyrone Power o Kim Novak, considerado en su día como el novelista mejor pagado del mundo y asiduo en las páginas de todos los periódicos y revistas de la época, esté hoy prácticamente olvidado y casi nadie lea sus obras.

         William Somerset Maugham nació en París el 25 de enero de 1874, hace 150 años, porque su padre era funcionario de la embajada británica en esta ciudad. Su madre murió de tuberculosis cuando William tenía seis años, un acontecimiento que lo traumatizó seriamente y al que se atribuye la severa tartamudez de la que nunca consiguió curarse. La foto de su madre presidió toda la vida la cabecera de su cama. Su padre murió dos años después, así que, al quedarse huérfano, fue enviado a Inglaterra al cuidado de su tío, el vicario Henry MacDonald Maugham, que lo sometió a una férrea disciplina en una asfixiante atmósfera  de represión. Desarrolló una personalidad acomplejada, vulnerable y tímida, que le dificultó relacionarse en sociedad.

Se educó en universidades inglesas y alemanas, donde estudió la carrera de Medicina, que nunca ejerció, sin atreverse a confesar a su tío que su verdadera vocación era la de escritor. Disimulaba su homosexualidad llevando una vida pública respetuosa con las costumbres victorianas de la época y llegó a casarse con la diseñadora Syrie Wellcome, con la que tuvo una hija, sin abandonar nunca a su amante, el norteamericano Gerald Haxton, al que conoció durante la Primera Guerra Mundial y con quien pasaba largas temporadas en su residencia de Villa Mauresque en la Riviera francesa, decorada con cuadros de Picasso, Matisse y Gauguin, artista del que escribió una biografía novelada. Se le atribuyen también relaciones con H.G. Wells, W.H. Auden y Lytton Strachey. A la muerte de Haxton, su lugar lo ocupó Alan Searle, que hacía también de secretario.

Durante la Primera Guerra Mundial Somerset Maugham trabajó como conductor de ambulancias de la Cruz Roja, desempeño en el que conoció a Ernest Hemingway y John Dos Passos, y luego se hizo espía del MI6 y como tal desempeñó actividades en Rusia.

Sus primeros éxitos fueron en el teatro (llegó a tener en cartel hasta cuatro obras al mismo tiempo en Londres, algo que no ocurría desde los tiempos de Shakespeare), pero su dedicación preferida fue la novela. Publicó la primera en 1897, “Liza de Lambeth”, antecedente del realismo social. Trata de la vida en los suburbios de una gran ciudad, en donde sitúa el drama de las relaciones de una pareja de adúlteros. Con este libro ya cosechó el éxito que le decidió a dedicarse a la literatura, que aumentó con títulos como “El velo pintado” y “El filo de la navaja”. En “Servidumbre humana”, considerada como una obra maestra, vertió parte de sus experiencias biográficas («Realidad y ficción están tan mezcladas en mi obra que ahora, echando una ojeada en ella, difícilmente puedo distinguir la una de la otra», escribió en 1938). Como cronista de los últimos estertores del colonialismo viajó al Pacífico, la India y el sureste asiático. Pasó la Segunda Guerra Mundial en Hollywood escribiendo guiones y controlando las adaptaciones de sus novelas al cine. Después dejó de escribir. En un libro de memorias publicado en 1962 incluyó duros ataques contra su exesposa Wellcome Syrie, que le costaron perder algunas amistades. Murió en 1965 en Niza cuando tenía 91 años, afectado de alzheimer.

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