SEDUCCIÓN, PODER, CULTURA

Un ensayo de Giles Lipovetsky analiza la influencia de la seducción en la política, la educación y la cultura

       Si Guy Debord escribiera hoy su famoso ensayo “La sociedad del espectáculo”, seguramente el título incluiría el término seducción. Otro sociólogo también francés, Gilles Lipovetsky, lo ha hecho por él y acaba de publicar “Gustar y emocionar” (Anagrama), cuyo subtítulo es “Ensayo sobre la sociedad de seducción”. Y es que, en el siglo XXI, el foco de la crítica a la sociedad de consumo se ha trasladado desde las actitudes de los  consumidores a aquellos aspectos que promueven esas actitudes, el más importante de los cuales es el de la seducción, “la mayor potencia productora de fuerzas deseantes”, según Lipovetsky.

La seducción se manifiesta tanto en los pequeños aspectos de la cotidianeidad como en los grandes ámbitos de la vida. Lipovetsky comienza su estudio de la seducción en ese primer ámbito, el de la vida cotidiana, sobre todo en su manifestación erótica, al que dedica toda la primera parte, para analizar luego la extensión de los poderes de atracción a otras esferas como la política, la educación, el ocio y la cultura; una seducción que ya considera global, hegemónica, omnipresente y multimediática y que ha dado lugar a un nuevo capitalismo, el capitalismo de seducción. Un capitalismo que utiliza nuevas estrategias  de captación de consumidores y  nuevas formas de  estimular sus deseos a través de la seducción, una seducción que incita al consumo, al ocio y a la mejora de las condiciones de vida material. En la era cibernética esa seducción cuenta con nuevos aliados como las redes sociales, los algoritmos y los big data, que contribuyen a crear productos personalizados con el fin de seducir con más eficacia.

LA SEDUCCIÓN ERÓTICA

Tradicionalmente el concepto de seducción se ha identificado con el de las relaciones humanas en el ámbito del amor y del erotismo, con la finalidad de promover la atracción entre los individuos. Cuando las parejas consiguieron superar el sometimiento a la voluntad de las familias, que decidían con quienes tenían que unirse sus vástagos independientemente de sus deseos personales y de sus encantos, se pusieron en marcha procedimientos para estimular el amor y la atracción sexual a través del mutuo consentimiento. Se potenciaron elementos como bailes, cantos, músicas, y artificios visuales (joyas, adornos, vestuario, maquillajes) para producir deseos e intensificar el poder de atracción de las cualidades físicas, intelectuales o sexuales, cuyo arquetipo en el siglo XX encarnaron las estrellas de cine de ambos sexos, sinónimo de éxito, belleza, placeres, lujo y libertad. La seducción se convierte entonces en el elemento central para movilizar la atracción entre personas, con formas diversas de relaciones rituales (cortejo, flirteo, ligue) gracias al debilitamiento del poder de la Iglesia sobre las mentalidades y a una moral sexual indulgente. La nueva seducción ya no se basa en lo convencional y envarado, y las relaciones sexuales ya no exigen la previa atracción amorosa. Las nuevas tecnologías han introducido un nuevo elemento para facilitar las relaciones rápidas sin intermediación física inicial a través del nuevo ritual de las páginas de contactos en internet.

LA POLÍTICA DE LA SEDUCCIÓN

         Además de los encantos personales y estéticos, fue definitivo el descubrimiento de la fuerza seductora de la palabra. No es algo nuevo, pues ya desde la antigüedad la oratoria viene siendo una de las aptitudes más valoradas en las personas públicas. Tampoco es nueva la seducción a través de la imagen en el universo de la política. Pero estos dos elementos, unidos, han dado lugar a una nueva política, la política de la seducción. El lenguaje se utiliza ahora no tanto para informar como para seducir, y en política lo hace a través de discursos sencillos, frases de impacto y eslóganes emocionales, soluciones fáciles a problemas complejos (populismo) emitidos por políticos que se manifiestan sobre todo a través imágenes atractivas. Los líderes son juzgados ahora por su imagen y por los eslóganes de su campaña, no por su programa político, por sus propuestas o por su capacidad intelectual. A través de la seducción se vende una personalidad, no una visión del mundo. La imagen del político se ha alejado tanto de las poses combativas de los líderes carismáticos (Hitler, Stalin) como de las de los políticos tradicionales y se manifiesta ahora a través de actitudes seductoras (sonrisas, gestualidad emocional) que construyen una imagen agradable,  simpática y próxima al pueblo. Esa imagen, sin embargo, es cada vez más inestable y frágil, porque la sociedad a la que se dirige está cada vez más desencantada, cree cada vez menos en la capacidad de cambiar el mundo y se encuentra más atraída por otros encantos como el éxito profesional, el dinero y los placeres de la vida privada.

LA NUEVA EDUCACIÓN

         A partir del Mayo del 68 el modelo educativo autoritario y coercitivo dio paso a un modelo afectivo que busca la adhesión sin necesidad de utilizar medios represivos, una educación-seducción que tiene al placer como marco de referencia  y que utiliza métodos lúdicos y atractivos para estimular  el deseo de aprender. Este modelo se ha beneficiado a partir de los años noventa de la fascinación digital que proporciona información rápida y atemporal, como si fuera un juego, y ha dado paso a una educación sin obligaciones ni rutinas aburridas pero que en una importante proporción conduce a un pensamiento superficial, elimina la facultad de concentración y atención profunda e incapacita a los estudiantes para enfrentarse a un texto largo. También ha traído consigo una crisis de autoridad de los profesores, que perciben falta de atención, indisciplina y en algunos casos denuncian violencia en las aulas. No se trata de volver al modelo anterior pero, en efecto, en el sistema educativo no todo puede ser lúdico y atractivo, seductor, porque la adquisición de saberes exige esfuerzo y disciplina intelectual. Por eso los nuevos métodos pedagógicos no siempre han sido eficaces y en muchos casos han producido una pérdida generalizada de conocimientos culturales y provocado desinterés en los estudiantes. También ha propiciado una pérdida de la capacidad crítica, si bien en el modelo anterior, monopolizado por la Iglesia, los partidos políticos y las ideologías totalitarias, el espíritu crítico estaba dirigido y encauzado por intereses extraeducativos.

LA CULTURA CONTRA EL CONSUMO

         La cultura es otro de los ámbitos influidos por el capitalismo de seducción. Ante la pérdida de interés por las humanidades, la literatura, la historia y la cultura general, se necesita una educación global que se ocupe de estas disciplinas. La cultura es, según Lipovetsky, lo único que puede permitir a los individuos interesarse por cosas distintas a los productos de consumo. No se trata de eliminar el entretenimiento de la vida social, porque la relajación es inherente a la condición humana, pero hay que evitar que una presencia aplastante impida el conocimiento y el disfrute de otras formas culturales que inciten a la reflexión y a la gratificación estética. Por eso es muy importante la función de la educación para formar individuos en manifestaciones alternativas a la cultura seductora del ocio y el entretenimiento.

         Pero si hay algo aún más importante que la educación en el conocimiento de las humanidades, el arte y la cultura, es la formación para la creación. Según Lipovesky, desarrollar una actividad creativa, sea cual fuere y con el nivel que alcance cada cual, limita la tentación consumista y hace retroceder la tendencia a atribuir valor a la adquisición de bienes mercantiles. La creación es un antídoto eficaz contra la influencia del hiperconsumo y por eso la inversión cultural debe ser una de las grandes respuestas a los excesos del consumismo.

FOTOGRAFOS QUE HACEN CINE

Directores, actores y actrices han sido también grandes fotógrafos

La fotografía es un arte, un oficio y una profesión cuyos practicantes dedican todos sus esfuerzos a una actividad con la que habitualmente se ganan la vida y que a veces trasciende el anonimato para alcanzar una popularidad paralela a la de los artistas. El mundo del cine está muy ligado al de la fotografía: ambos trabajan con imágenes. Y así como hay fotógrafos especialistas en retratar el mundo de los rodajes y las vidas de las estrellas de la pantalla, existe asimismo la dedicación a la fotografía de cine como aportación cada vez más importante al resultado final de las películas, premiada incluso con Oscars, Goyas y Globos de Oro. Tal vez por esta afinidad artística han sido muchos los actores y directores de cine que han tenido una actividad secundaria como fotógrafos. Aquí hemos seleccionado algunos ejemplos.

ACTORES CON CÁMARAS

         Si hay un actor cuya obra fotográfica ha sido objeto de grandes elogios y sorprendentes interpretaciones críticas, es Dennis Hopper (1936-2010), protagonista de películas ya míticas como “Rebelde sin causa” y “Gigante”, ambas junto a James Dean. Fue precisamente Dean quien le recomendó que hiciese fotos durante los rodajes. Años más tarde, desde el mundo marginal de la industria cinematográfica al que le habían apartado las drogas y el alcohol, Hopper se aferró a la fotografía como al último salvavidas, viajando por todo el territorio de los Estados Unidos para registrar paisajes urbanos desolados y pueblos marginales a los que había que acceder por carreteras secundarias, en la estela de Dorothea Lange, Robert Frank o Walker Evans. Fue fotoperiodista en las movilizaciones por los derechos civiles y de los movimientos contraculturales, y retratista de músicos y poetas de la sicodelia: Grateful Dead, Buffalo Springfield, Jefferson Airplane, Neil Young, Allen Ginsberg y Timothy Leary. También fue retratista de celebridades (Andy Warhol, Jane Fonda,  Paul Newman). Sólo entre 1961 y 1967 hizo más de 10.000 fotografías, que contribuyeron a retomar su carrera cinematográfica en 1969, ahora como director de “Easy Rider”. Después vendría otra etapa de sequía, apenas con pequeños papeles en cintas como “Apocalipse Now”, donde precisamente interpreta a un fotógrafo hippie. Su afición a las artes plásticas está presente también en sus fotografías. Su identificación con el expresionismo abstracto está en las imágenes de nubes, mientras el pop art está en las fotos de vallas publicitarias y en los anuncios de las calles. Su obra se expuso en el Stedelijk de Amsterdam, el MAK de Viena, el MOCA de Los Ángeles o el Hermitage de San Petersburgo. El Museo Picasso de Málaga le dedicó una muestra en 2013.

         Jessica Lange alcanzó uno de los éxitos de su carrera junto a Jack Nicholson en “El cartero siempre llama dos veces”  a una edad en la que otras actrices inician su decadencia. Fue galardonada con dos Oscar (“Tootsie” y “Blue Sky”) y protagonizó películas de éxito, desde “King Kong”a la serie “American Horror History”. Durante los rodajes de sus películas iba tomando fotografías que guardaba  en cajas y mantenía en secreto. En 2015 sorprendió a todos con una exposición en Barcelona de 134 imágenes en blanco y negro. Se titulaba “Unseen” (no visto), recogidas también en un libro publicado por Silvana Editorial. Ya había estado en España con su primer profesor de fotografía en la universidad de Minnesota, con el que se casó, el español Francisco Grande (hijo del profesor Grande Cobián), que le presentó a Robert Frank y Larry Clark en París, pero su afición creció cuando su tercer marido, el escritor Sam Shepard, le regaló una Leica M6 analógica con la que comenzó a fotografiar a su familia y a los compañeros de sus rodajes. Fue la fotógrafa Anne Morin quien orientó su actividad fotográfica hacia los temas que viene practicando en los últimos años, como la serie “Mexican Suites”.

         Otro importante actor que practicó la fotografía fue Yul Brynner, que lo hacía frecuentemente retratando a sus compañeros de profesión: Elizabeth Talor, Ingrid Bergman, Mastroiani, Chaplin, Vanessa Redgrave, Anthony Perkins…. Y de personajes como Dalí. Durante el rodaje de “Los diez mandamientos” hizo cientos de fotografías, todas inéditas hasta muchos años después de su muerte. Yul Brinner era amigo de fotógrafos como Ernst Haas, Inge Morath y John Bryson. En 1999 la FNAC de Madrid acogió una exposición de fotos de Brynner que su hija Victoria había ido recopilando a lo largo de toda la vida del actor.

         En 1945, después de la Segunda Guerra Mundial, el fotoperiodismo se había consolidado como uno de los géneros más destacados. Un adolescente llamado Stanley Kubrick se dedicó entonces a trabajar para algunos medios. A los 16 años envió una de sus fotos a la revista Look, que la publicó y le invitó a colaborar en sus páginas. Desde entonces realizó decenas de reportajes en Nueva York y en el extranjero. Se hicieron famosas las que tomó al boxeador Rocky Graziano  y las de la vida íntima de Betsy Von Fürstenberg. Según dijo en alguna ocasión fue la fotografía la que le llevó al cine, la que le enseñó a dominar las técnicas visuales. De ahí  su triunfo con “La naranja mecánica” y “2001 Una odisea del espacio”. La editorial Phaidon publicó en 2005 “Stanley Kubrick: Drama & Shadows”, con su obra fotográfica de 1945-1950, que recoge las primeras experimentaciones de Kubrick con la composición de imágenes y con los temas dramáticos que practicó, cargados de intensidad sicológica. El libro se divide en cuatro capítulos que recogen más de 350 fotografías: “Metropolitan Life”, “Entertainment”, “Celebrities” y “Human Behavior”. En 2018 el Museum of the City de Nueva York acogió una amplia muestra de sus fotografías, recogidas en un catálogo de la prestigiosa editorial Taschen titulado “Through a Different Lens. The Stanley Kubrick Photographs”.

         El ruso Andrei Tarkovski, uno de los cineastas de culto del siglo XX (“La infancia de Iván”, “Andrei Rublev”), tuvo la fotografía como compañera en algunos tramos de su vida profesional de cineasta. Con una cámara polaroid que le regaló el escritor italiano Tonino Guerra, que firmó algunos de sus guiones, Tarkovski  retrató imágenes del campo ruso, de la casa en la que nació, de miembros de su familia a la que no volvería a ver, que fueron recogidas en el libro “Fidelidad a una obsesión. La obra fotográfica de Andrei Tarkovski”. 80 de de estas fotos fueron expuestas en la Fundación Luis Seoane de A Coruña en 2009 con el título “Luz instantánea, fotografías, itinerarios y saudades”.

         Hay cineastas que practican simultáneamente varias expresiones artísticas y uno de ellos es David Lynch, que se maneja con frecuencia en campos como la pintura, la televisión, el diseño, la música, la publicidad… y la fotografía. Una auténtica cosmovisión de la creatividad en campos aparentemente alejados. Durante la celebración del Festival de cine de Gijón de 2019 se organizó una muestra con el título de “Small Stories”, que recogía 55 fotografías de Lynch, todas ellas tomadas en París en 2013. Como en sus películas, las fotos recogen su universo icónico: deformidades, fantasías animales, figuras humanas en interiores hostiles… y un conjunto inquietante de 15 cabezas sin rasgos con las que ha querido profundizar en los misterios de la identidad.

         El documentalista francés Raymond Depardon (“Faits divers”, “Delitos flagrantes”, “Un hombre sin Occidente”) es también un excelente retratista, como lo demuestran sus instantáneas de Che Guevara, Salvador Allende, Martin Luther King, Mitterrand,  o Jimmy Carter, todas ellas con diferentes niveles de lectura, desde la manera de aproximarse al personaje hasta la invitación a reflexionar sobre el concepto de poder. Depardon no es un fotógrafo cualquiera, pues pertenece desde hace años a la Agencia Magnum y fue uno de los fundadores de Gamma. Su primera vocación fue la de fotoperiodista; de ahí su interés por los personajes públicos de la política internacional como Nelson Mandela, André Malraux, John Kennedy, De Gaulle… hasta Sarkozy. A través de las fotografías de Depardon se observa la evolución del uso de los medios por parte de los políticos. A algunos sólo los pudo retratar desde la distancia en mítines y  actos públicos, mientras que otros le han permitido acceder a la intimidad de sus casas y de sus despachos.

TAMBIÉN LOS ESPAÑOLES

         En las películas de Pedro Almodóvar aparecen con frecuencia fotografías, como la del famoso del seminarista portero, de Masats, en “La mala educación” o la de Pina Bausch en la cabecera de la cama de Leonor Watling en “Hable con ella”, porque el director de cine cree que la fotografía tiene un gran poder narrativo y confiesa que en él actúa como ansiolítico. El género fotográfico que practica Almodóvar es fundamentalmente el de los bodegones y las naturalezas muertas.  Con el título “Vida detenida” (porque la mayoría retrata momentos de vida, no cosas muertas, dice) en 2018 expuso sus fotografías en las galerías madrileñas Marlborough y Fresh Gallery. “Vida detenida” (still life) es el nombre que se da en inglés a las naturalezas muertas en pintura. Son fotos de jarrones y de flores realizadas con luz natural y con una cámara digital, en las que Almodóvar homenajea a artistas (“La hora de Zurbarán”, “Morandi, siempre”), influido por la pintura hiperrealista de Antonio López.  

A finales de los años cincuenta y primeros sesenta, Juan Goytisolo hizo uno de sus frecuentes viajes a los almerienses campos de Níjar acompañado del cineasta Vicente Aranda, que era hijo de un fotógrafo. El que más tarde sería director de cine acababa de regresar de Venezuela con un coche y una cámara Kodak con la que iba registrando lo que con el tiempo se convirtió en un fascinante documento gráfico. Esas fotografías, que se adjuntaron a una de las ediciones de “Campos de Níjar”, la novela de Goytisolo, se las entregó el escritor al exministro José Guirao en 1985, quien las donó al Centro Andaluz de Fotografía (CAF). Además de retratos de Goytisolo, las fotos registran aspectos de la sociedad de aquel momento, con gentes de la zona,  niños jugando y lavanderas.

JAZZ ¿UNA MÚSICA EN EXTINCIÓN?

         Como pasa con el teatro, he oído hablar desde siempre de la crisis de la música de jazz. Después del auge que tuvo en las décadas de los cuarenta y los cincuenta del siglo pasado, en los sesenta apenas se programaba en los grandes medios, silenciada por el pop y el rock, y en los setenta los grandes mitos empezaron a despedirse de la vida: Louis Armstrong en el 71, Duke Ellington en el 74, Charles Mingus en el 79… y otros lo harían en las décadas siguientes: Thelonius Monk, Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Count Basie, Benny Goodman, Chet Baker, Miles Davis, Tete Montoliu, Ella Fitzgerald… Así que ahora, en ausencia de aquellos grandes nombres que fueron referencias de esta música durante décadas, ya nos quedan pocos que aún consigan mantener aquel espíritu que conservó el jazz en los corazones de una afición fiel como ninguna lo ha sido a cualquier otro género. Uno de ellos, Chick Corea, acaba de dejarnos a los 79 años. Aún están ahí Wynton Marsalis, Norah Jones, Diana Krall… atrayendo y cautivando a multitudes en festivales y conciertos, y vendiendo también apreciables cantidades de discos y CDs, un mérito en la era de Spotify  y You Tube. Pero ya nada es lo mismo.

DE CUANDO EL JAZZ ERA JAZZ

         Este espíritu de fin de época, nostalgia de un tiempo que ya no volverá, es el que respiran las páginas de “Tocar la vida” (Alianza editorial), un libro de reciente aparición que recoge trabajos publicados desde 1973 en periódicos y en revistas especializadas (con algún que otro inédito) por Chema García Martínez, uno de los mejores y más documentados críticos españoles de jazz. García Martínez afirma sin ningún rubor que el jazz es la mayor aportación del género humano a la cultura del siglo XX y de ahí su fe, pese a todo, en que no es el jazz el que está en peligro sino la continuidad de la tradición. “El verdadero problema – le dice el empresario George Wein, fundador del festival de Newport- es que los grandes nombres del jazz son cosa del pasado”. También para García Martínez esos nombres son cosa del pasado (califica a Keith Jarrett como el último grande), pero cree, sin embargo, que mientras haya músicos que quieran tocar, habrá jazz.

         Hay en este libro capítulos dedicados a músicos raros, a metódicos y a lunáticos. Uno de los más fascinantes es el que se ocupa de “Los malditos”, los músicos que, a pesar de su calidad, no consiguieron la continuidad o el reconocimiento que merecían. Aquí está Malik Yaqub, considerado un día como el mejor saxofonista de jazz del mundo, encarcelado por negarse a ir a la guerra de Vietnam y que terminó viviendo de la caridad de los viandantes que arrojaban monedas en el interior de su vieja maleta abierta mientras tocaba en las calles de Nueva York. O Giuseppi Logan, que fue en los sesenta uno de los jóvenes innovadores del género y, según algunos, “lo más importante que le ha sucedido al jazz desde Coltrane”, que terminó durmiendo bajo los puentes y alimentándose de los restos que encontraba en los cubos de basura después de horas de tocar en un banco de la Plaza Tompkins.

En el libro hay sobre todo entrevistas y semblanzas de músicos, crónicas de conciertos (genial la del último de Frank Sinatra en España en 1986, en el Bernabeu), reseñas de discos, obituarios (excelente el de Randy Weston, marcado por el sentimiento de la pérdida de un amigo)… pero también tienen interés los recuerdos de las experiencias del crítico, sus viajes y sus vivencias personales con grandes músicos de jazz, los detalles que rescata de su memoria, como la herida en los labios del trompetista Freddie Hubbard, la polémica provocada por un asistente a un concierto de Phil Ochs en Sigüenza porque, según el denunciante, el músico no había hecho jazz (una protesta que progresó e hizo que intervinieran las autoridades), los músicos que cumplen condena por diferentes motivos en prisiones como la de Soto del Real… A algunos jazzmen Chema García Martínez los entrevistó poco antes de morir o a una edad avanzada: a Eubie Blake cuando tenía 95 años, a Toots Thielemans a los 89, a Benny Carter a los 82, a Ornette Coleman a los 77, a Sonny Rollins y Wayne Shorter a los 75…, todos ellos entonces en activo a pesar de la edad. Sus testimonios tienen el valor añadido de quienes vivieron la época dorada del jazz y los juicios y valoraciones que hacen ahora al contemplar el devenir de las nuevas estrellas. Sorprenden aspectos poco conocidos, como la revelación que hace Wayne Shorter de que su amiga brasileña Elis Regina fue cantante gracias al apoyo que tuvo de Nat King Cole; el lanzamiento de la carrera del rockero Chuck Berry por Memphis Slim; la afición a boxear de Miles Davis; el incidente “racista” sufrido por Tete Montoliu al impedir la esposa de Lionel Hampton que un blanco formara parte de su orquesta, o el gusto de Sun Ra por el pasodoble.

La dedicación a los músicos españoles está muy presente en varios capítulos del libro junto al protagonismo polémico del flamenco en el jazz contemporáneo. Tete Montoliu, Jerry González, Chano Domínguez, Jorge Pardo, Paco de Lucía y sus colaboraciones con Chick Corea… así como nuevos valores (o no tan nuevos) como Baldo Martínez, Toño Miguel, Joe Moro, Julián Sánchez… “Tocar la vida” es también una declaración de amor a un género musical al que el autor ha dedicado no pocos años de trabajo apasionado.

EL COLECCIONISTA DE CITAS 3/21

1. Que se mantenga sólo en Cataluña la violencia en las protestas contra el encarcelamiento de Hasél ¿sigue teniendo una explicación sociológica o ya es algo más político?

“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”. Mahatma Gandhi

2.Da la impresión de que, una vez que el PP ha conseguido frustrar la elección del presidente de la corporación RTVE por concurso de méritos y colocar a los suyos en el Consejo de Administración, cuando toca elegir a los miembros del CGPJ hace la peineta.

“No basta con tener éxito: los demás tienen que fracasar”. Gore Vidal

5. El comisario Villarejo ha salido de la cárcel con un nuevo look: parche de pirata y mascarilla con bandera española. Un desafío para interpretaciones de semiólogos y tertulianos.

“Hay más tesoros en los libros que en todo el botín de los piratas”. Walt Disney

6. Reflexión para el fin de semana

En un recital de Liszt en Rusia, el zar hablaba durante la actuación. Liszt se enfadó y dejó de tocar. Cuando el zar preguntó la razón Liszt dijo: “La propia música debe guardar silencio cuando habla Nicolás”. El zar se vengó negándole  una medalla.

8.En el día internacional de la mujer, misoginias de algunos prohombres:

Voltaire sobre su amante Gabrielle-Emilie, Mme. De Chatelet: “Un gran hombre cuyo único defecto es ser una mujer”.

Diderot en “Suplemento al  viaje de Bouganville”:

  1. – ¿Qué pensarán las mujeres?
  2. – Probablemente lo contrario de lo que digan

La Rochefoucauld: “El talento de la mayoría de las mujeres sirve más para favorecer sus locuras que su razón”.

Valle-Inclán a Margarita Nelken: “Yo, en cuestión de mujeres, soy mujeriego”

Lawrence Durrell. “Con una mujer sólo se pueden hacer tres cosas: quererla, sufrir o hacer literatura”.

10. Sorprende la acusación de Echenique al PSOE por haber “juntado sus votos a los del PP y Vox” para levantar la inmunidad parlamentaria a Puigdemont, olvidando las votaciones en las que ha coincidido UP con esos mismos partidos.

“La política hace extraños compañeros de cama”. Charles Dudley Warner        

11. Ha comenzado otra ola, con nuevas cepas: murciana, madrileña, castellano-leonesa, tal vez andaluza…

“Todos los males de la democracia pueden curarse con más democracia”. Al Smith

12. Isabel Díaz Ayuso: “Los hombres sufren más agresiones que nosotras”. “Que los ciudadanos elijan entre socialismo o libertad”.  “No quiero dejar a Madrid en manos de decisiones que se tomen en los despachos”. “No quiero cerrar Madrid en Semana Santa”. Todo el mismo día.

“En una democracia el cargo más importante no es el de presidente o primer ministro sino el de ciudadano”. Barak Obama

13. Reflexión para el fin de semana

Durante el reinado de Felipe IV (1621-1665) se pensó en canalizar los ríos Manzanares y Tajo, pero una comisión de teólogos se declaró en contra, alegando que si Dios hubiese querido que ambos ríos fuesen navegables le habría bastado con pronunciar un  “hágase”. Si no lo hizo, sus razones tendría, dijeron.

15. Al final parece que habrá elecciones en Madrid. La presidenta del Parlament ha inaugurado la campaña a favor de Vox al asegurar que utilizará la cámara para subvertir el Estatut y la Constitución y anunciar  desobediencia a la justicia.

“El patriotismo es el último refugio de los canallas”. Dr. Johnson

“El patriotismo no es el último refugio de los canallas; a menudo es el primero”. Ambrose Bierce

16. El PP quiere ir en coalición con Vox. UP quiere ir en coalición con Más Madrid. Falta el PSOE por mover ficha. ¿Irá en coalición con Ciudadanos?

“La coalición es el arte de llevar el zapato derecho en el pie izquierdo sin que salgan callos”. Guy Mollet

18. En la moción de censura de Murcia Vox ha dicho que no apoyan a ningún grupo porque no miran el color, son daltónicos. Ahora se explica que en sus manifestaciones sólo se vean banderas de un solo color.

“Los colores son la vida, forman parte integral de la imagen y nunca pasivos o planos, o banales como una ocurrencia tardía”. Marc Chagall.

19. Casado ha dicho que en Murcia comenzó ayer “la reunificación del centroderecha en torno al Partido Popular”. Pero entorno al PP hay centro y ultraderecha.

“En política, lo importante no es tener razón sino que se la den a uno”. Konrad Adenauer

20. Reflexión para el fin de semana

Cuenta Samuel Johnson que el Sr. Y, a quien le gustaban las tostadas con mantequilla pero le sentaban mal, antes de pegarse un tiro se comió tres tostadas con mantequilla, puesto que sabía que la digestión no le causaría molestias.

23. También en la izquierda hay ignorancia. El ayuntamiento de Palma ha eliminado del callejero los nombres de los almirantes Churruca (1761-1805), Gravina (1756-1806) y Cervera (1839-1909) “por su relación con el franquismo”. Luego han dicho que es porque tres barcos de guerra del bando nacional llevaban esos nombres (el Churruca y el Gravina eran del bando republicano). ¿Han suprimido ya del sistema educativo la asignatura de Historia? Por cierto, otro crucero franquista era el Baleares.

“Incluso el pasado puede modificarse; los historiadores no paran de demostrarlo”. Jean Paul Sartre

26. Toni Cantó ha pasado de Vecinos por Torrelodones a UPyD, de ahí a Ciudadanos y de Ciudadanos al PP. “Yo no me he movido”, acaba de decir. Debe ser la convulsión política.

“Un dilema es un político tratando de salvar sus dos caras a la vez”.  John A, Lincoln, presidente de Estados Unidos entre 1861 y 1865.

27. Reflexión para el fin de semana

Los miembros del Jockey Club llegaban a la funciones de la Ópera de París después de cenar, coincidiendo con el ballet del segundo acto (muchos tenían amantes en el corps del ballet) y se iban después del número de la danza. Atendiendo a las peticiones de los empresarios , todos los compositores accedían a colocar el ballet en el segundo acto para que pudiesen verlo los jóvenes del Jockey Club. Wagner se negó e incluyó el ballet en el comienzo del primer acto, lo que indignó a los miembros del Jockey Club, que patearon la obra y la hicieron fracasar. Era “Tanhausser”.

29. El atasco del Ever Given en el canal de Suez, como ilustración del fiasco de la globalización: armadores japoneses, operadores de Taiwan, tripulación india y bandera panameña.

“La globalización está produciendo países ricos con poblaciones pobres. Joseph E. Stiglitz

31. El alcalde de Palma ha confesado que no sabía quiénes eran Churruca, Gravina y Cervera antes de cambiar los nombres de sus calles (¡en la era de internet!). Ahora el ministro Castells (¡¡de Universidades!!) confunde al escritor Leopoldo Alas ‘Clarin’ con su hijo, fusilado por los franquistas.

“La parte más filosófica de la historia es hacer conocer las tonterías cometidas por los hombres”. Voltaire

LOS DÍAS DE LA COMUNA

Varios libros conmemoran el siglo y medio de la Comuna de París, el primer experimento de gobierno comunitario

El 18 de marzo de 1871 tropas francesas al mando del general Lecomte intentaron apoderarse en París de los cañones que habían sido sufragados por prescripción popular y estaban siendo custodiados en Montmartre por la Guardia Nacional arropada por brigadas de obreros. El gobierno no quería que fuesen utilizados contra sus fuerzas en el caso de que la oposición decidiera enfrentarse a sus planes para restaurar la monarquía. La movilización popular construyó barricadas para impedir el paso del ejército e impidió que se llevasen los cañones. Los dirigentes republicanos proclamaron un autogobierno progresista en la ciudad para oponerse al ejecutivo conservador oficial. El proceso se convirtió en la insurrección revolucionaria que dio origen la Comuna de París, un experimento comunitario aplastado brutalmente por el ejército tan sólo diez semanas después de haberse constituido.

         El origen de estos acontecimientos estuvo en la desaparición del Segundo Imperio francés tras el error cometido por Luis Napoleón III al declarar la guerra a Prusia en 1870. La derrota francesa fue seguida de un armisticio humillante por el que, entre otras medidas, Francia se obligaba a ceder territorios a sus adversarios. Al año siguiente se proclamó la Tercera República después de unas elecciones que ganaron conservadores y monárquicos que formaron una Asamblea Nacional presidida por Adolphe Thiers. Los dirigentes del nuevo régimen añoraban los antiguos privilegios y estaban dispuestos a imponer el regreso de la monarquía. Esta actitud los enfrentó a los partidos progresistas que defendían la permanencia de la República. La organización de estos últimos se concentró en la llamada Comuna de París, uno de los episodios que marcaron el devenir de la historia reciente de Francia.

La Comuna de París proclamó una serie de medidas progresistas como la educación obligatoria, gratuita y laica, el derecho de reunión y asociación, la prohibición de desahuciar a inquilinos incapaces de pagar el alquiler de sus viviendas, la abolición del trabajo nocturno en algunas profesiones, la mejora de la situación de la mujer, el establecimiento de bolsas de trabajo, la subida de salarios a los maestros… Las clases populares aprobaban las medidas de la Comuna mientras los burgueses abandonaban París y se refugiaban en Versalles. Se registraron también sucesos que empañaron los logros sociales, como la destrucción de edificios y monumentos (a destacar la de la columna Vendôme) y episodios de anticlericalismo contra templos y eclesiásticos.

Ahora, cuando se cumplen 150 años de la Comuna de París, varios libros analizan desde puntos de vista diversos aquel experimento revolucionario. Kristin Ross escribe en “Lujo comunal. El imaginario político de la Comuna de París” sobre la cultura y el pensamiento legados por la Comuna. La misma autora trata en “El surgimiento del espacio social. Rimbaud y la Comuna de París” la influencia en la obra del poeta francés de su inmersión en los acontecimientos de la Comuna, junto a otros creadores como Paul Lafargue y Élisée Reclus. En “París, capital de la modernidad” David Harvey narra los años transcurridos entre las evoluciones de 1848 y 1871, ambas fallidas, aunque provocaron cambios sociales y políticos a pesar de la profunda división de las sociedades en las que se desarrollaron. En “La Comuna de París” se recopilan una serie de escritos de Marx, Engels y Lenin sobre el acontecimiento revolucionario.

Otro libro, “Historia de la Comuna de París de 1871” (Capitán Swing) es posiblemente el texto más antiguo sobre este trágico episodio. Fue escrito en forma de crónica por Prosper-Olivier Lissagaray, un periodista que luchó en las barricadas junto a los revolucionarios. Sus camaradas lo llamaban Lissa. Estaba casado con Eleanora Marx-Avering, hija de Karl Marx, que le ayudó durante los siguientes veinticinco años a recopilar información y a entrevistar a los supervivientes en el exilio. Fue ella quien hizo la traducción al inglés de la obra de Lissagaray, lo que facilitó su divulgación desde que fuera publicada en 1886, pues en Francia estuvo prohibida durante años (Eleonora fue también la primera traductora al inglés de “Mme. Bovary” de Flaubert). El autor consiguió escapar del cerco de la Comuna gracias a la ayuda de una prostituta que lo escondió en su casa. De Francia pasó a Bélgica y de ahí a Inglaterra. En Londres conoció a Eleanora en casa de su padre, donde se reunían los exiliados de todas las persecuciones. Lissagaray cuenta desde la mirada de uno más de los revolucionarios las luchas en defensa de la Comuna y la sangrienta represión que liquidó el levantamiento, y desmiente las calumnias fabricadas para desprestigiarlo. Prosper-Olivier volvió a Francia tras la amnistía de 1880 y fundó con antiguos comuneros  el periódico “La Bataille” para seguir defendiendo las ideas republicanas.

LA REVOLUCIÓN APLASTADA

Un libro del profesor John Merriman, “Masacre, Vida y muerte en la Comuna de París de 1871” (Ed. Siglo XXI) se centra en el desenlace de la Comuna, poniendo el énfasis en la represión que siguió a la breve experiencia.

La reacción contra la Comuna comenzó nada más proclamarse ésta cuando la Asamblea Nacional se instaló en Versalles, sede tradicional de la monarquía francesa. Desde allí promulgó una serie de leyes reaccionarias y reconstruyó un ejército de 130.000 efectivos formado por una gigantesca horda de bonapartistas, clérigos, orleanistas y conservadores, frente al cual los comuneros sólo contaban con el apoyo de la Guardia Nacional y del pueblo, dispuesto a arriesgar su vida en las barricadas. El 21 de mayo los versalleses entraron en la ciudad y comenzaron a tomar barrios y distritos, registrando casas, edificios, catacumbas y alcantarillas, asesinando indiscriminadamente a mujeres, niños y ancianos, fusilando en masa a guardias nacionales, comuneros y civiles e imponiendo el terror por donde pasaban, sembrando la ciudad de miles de cadáveres. Cuando el 28 de mayo el ejército acabó con las últimas resistencias, siguieron los consejos de guerra, que se celebraron ininterrumpidamente durante semanas, en sesiones que a veces no duraban ni diez segundos. Las descargas de los pelotones de fusilamiento se oían día y noche. Terminada la destrucción de la Comuna el nuevo régimen se autoproclamó República del Orden Moral, promocionando un catolicismo ultraconservador.

A pesar de la trascendencia de aquel acontecimiento y de las lecciones políticas que se derivaron, tuvieron que pasar muchos años antes de que los partidos políticos y los sindicatos franceses pudieran reconocer públicamente los valores de la Comuna y que el pueblo pasara a considerarla como un acontecimiento positivo de la historia de Francia.